sábado, 29 de enero de 2011

Juego...

Juego a ser Dios
en mi mundo de mentira
juego a imaginar infinitas fantasías
juego a creer que todo depende de mí
juego a crear nuevas especies para ti
juego a soñar que los sueños no son soñados
juego a pensar en los caminos caminados
juego a buscar un juego diferente
juego a negar lo que me dice la gente
juego a mostrar que soy distinta
juego a escribir mientras no seque la tinta
juego a jugar a que juego a un juego
juego a narrar las líneas de algún texto
juego a esperar al eco sin llamarlo
juego a inventar historias en las que salgo
Juego a ser yo, juego a no ser de mentira.

Quiero que me abraces

Quiero que me abraces.
En este sitio oscuro, donde no nos oiga nadie,
Acariciar tu espalda mientras mi corazón late,
Sincronizar nuestros corazones y que nada los pare,
Realentizar el tiempo, que ni él nos separe.
El frío ya no existe si estás conmigo,
Tus labios son mi escudo, tus brazos son mi abrigo.
Quiero abrazarte, si no te abrazo no respiro.
Quiero notarte, si no te siento ya no sigo.
Tú puedes darme todo lo que esté en tus manos
Más yo te pido: lo que yo quiero es un abrazo.
Quiero que me abraces.

Alma en apuros

Lágrimas negras, lágrimas puras
En la noche oscura vuelven a caer.
Hay tantos golpes y tantas heridas
Son tantos cuchillos clavados en la piel.
Una herida ya curada puede no parecer molesta,
Más si ésta se desgarra, duele casi como ayer.
En una habitación de hospital
Las lágrimas caen al suelo,
Parece y es un gran duelo
Esconderlas esta vez.
Tendía en una cama, rodeada de cables
Sola y sin compañía, sólo puede intentar gritar
Más nadie la escucha,
El hospital está vacío
Y tan sólo unas personas le pueden curar.
Personas que están tan lejos,
Personas que están tan cerca
Pues depende de la escala, de lo lejos del lugar.
Ella muriéndose de pena, ellos riendo sin cesar.
Intento que ella vuelva aquí,
No lo consigue del todo
Ya que ella espera por ti
Mi alma pide socorro

La princesa de la pena

Amiga del odio,
Esclava de la soledad,
Novia de la tristeza
Canta su canción sin fin.
Esperando y evitando
A cualquiera que venga
A destrozar su reino eterno
De melancolía sinfín.
Princesa del desorden,
Del desastre y del miedo
Acaricia su corona
Sentada en su enorme trono
Mientras por la ventana mira,
El fuego y la ira
De los horribles truenos
Brillantes y sonoros.
Cuando caen las estrellas,
Los lobos aúllan y el suelo cruje
La princesa baila y llora
Mientras su pena surge.
Para ella todos los días son igual:
Esposa del diablo, prometida del mal.

La espina

ésta es una entrada VIEJA. OLD. Pero quería que alguien muy especial la leyese n.n ENJOY!:


Y ya está. Todo lo que había temido este tiempo ha ocurrido. La dura y grande espina que atraviesa mi pecho llamada “dolor de despedida” ha sido arrancada poquito a poco, pero no de golpe. Caminando cerca supongo que duele menos. Esa espina que había alimentando con pensamientos y temor incluso antes de que se comenzase a formar justo en el centro de mi latiente corazón, empezando a crecer bastante de golpe el día que anunciaste que estabas aquí. Ese día se ve tan lejano y cercano a la vez…
La de locuras que continuamos uno al lado de otro (ya que la vuelta es sólo una continuación de la despedida), el atuendo poco apropiado para finales de diciembre con el que me presenté a la calle (siempre moderado), la felicidad y la ilusión que crecían en mi interior. Ahí la espina era dulce y rosa, no se notaba apenas, era como… si no existiese. Los días siguientes fueron maravillosos. Creo que no era consciente de qué era pasarlo bien de verdad antes de que hablásemos el primer día… bueno, quizás el segundo, porque admito que yo no dije mucho (Ja, ja). Quién diría que… acabaríamos así algún día. Nosotros, que discutíamos constantemente y que acabamos descubriendo cada uno la vida del otro. Pensé que me veías mucho más inferior a ti (y aún hoy creo que era verdad, jum ¬3¬), y me trolleaste bien, admítelo. ¿Sabes? desde que hablamos por primera vez te imaginé como muy frío. Si no fuera porque se te ocurrió que hablásemos “más de cerca” supongo que no habríamos llegado hasta aquí. Gracias por consentirme de todo. Sólo puedo decirte MUCHAS GRACIAS. Gracias por haberme hecho reír, gracias por estar siempre a mi lado, gracias por invitarme, gracias por dejarme que te invite, gracias por todos los momentos que hemos compartido juntos, gracias por cuidarme tan bien, gracias por dejarme jugar gilipolleces en tu pc, gracias por dejarme burlarme de tus amigos de tuenti, gracias por los besos, gracias por los abrazos, gracias por las sonrisas, gracias por estas semanas que no habría podido soportar si no fuera por ti, gracias por animarme y tratar de no llorar en vez de hacerlo, gracias por ABSOLUTAMENTE TODO. De verdad, gracias.
Si los “gracias”, los “te quiero” y los “te amo” costasen dinero, te digo en serio que sería la más pobre, y tú tendrías hasta el último céntimo de mi cartera. La espina puede seguir creciendo, pero mientras no duela no importa, porque aunque la espina sea causada por lo que los dos sabemos, de verdad que vale la pena cuando la alegría de estar juntos tapa ese dolor. La alegría que cada día me hace mejor y que arregla mi rayado corazón. Me pides siempre que sea fuerte, lo intento. Perdón por no ser capaz de responder o sonreírte cuando me lo pides. Perdón por las veces que lloré aún días después de que te fueras, y más por las veces que no te las conté. No le des mucha importancia, es sólo que la cicatriz de la espina aún duele un poco porque es muy afilada. No sé si la tuya sí, ni siquiera sé si tienes espina, lo que sé es que si la tienes soportas más el dolor que yo. Gracias por ser fuerte. Gracias por quererme.